550 g. de harina blanca más 100 gramos más para la masa madre.
280 g. de agua templada
15 g. de levadura
75 g. de mantequilla
1 cucharadita de sal
1 cucharadita de azúcar
40 g. de leche
Realizar la masa madre para fermentar de un día a otro. Poner 100 gramos de harina, junto con la levadura desmenuzada en un poco de agua tibia. Tapar bien con un paño limpio y dejar en un lugar sin corrientes de aire, durante toda la noche.
Mezclar el resto de los ingredientes y añadir la masa madre, obteniendo una nueva masa elástica, pero no muy compacta.
Amasar bien y tapar dejándola fermentar de nuevo en un lugar cálido, hasta que veamos que ha aumentado su volumen.
Cuando este al doble del volumen, amasar suavemente, dividir y colocar en los moldes con papel enmantequillados.
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